Jesús Alfredo Sanabria Mejía
El articulo que se presenta a continuación hace reflexión de la posibilidad o no de llevar
a cabo los estándares propuestos en el año 2008 por la UNESCO en el sistema
educativo Colombiano y como podría lograrse. Para la argumentación de
dicha aseveración se toma como base la percepción de la realidad nacional
basada en la información recibida del trabajo de los ministerios relacionados
en la implementación de las políticas que pueden facilitar dicho cumplimiento.
Es innegable que cualquier cambio o adecuación del sistema de
aprendizaje colombiano va directamente ligado a la estructuración y publicación
de políticas claras y la buena voluntad de los gobiernos para darles continuidad,
de tal manera que a la pregunta si es posible su aplicación en Colombia la
respuesta es definitivamente si, pero que obviamente requiere de un compromiso
a nivel gobierno así como de las instituciones que conforman el sistema educativo
nacional, la publicación del documento de estándares TIC, se dio hace más de un
lustro, por lo cual en buena parte se puede quedar rezagado toda vez que la tecnología
avanza de una manera tan incremental que la visión que puede tenerse del
presente es totalmente diferente a la que se vive en el futuro.
Reconociendo la realidad actual de país, y a pesar del auge
que han tenido las TIC en el contexto nacional así como su influencia en todos
los contextos, es desafortunado observar que no ha sido el ministerio de educación el
impulsor de su desarrollo en Colombia, dejando de manera cómoda esta labor al
ministerio de comunicaciones, ministerio que dicho sea de paso asumió en su
nombre la implementación de todas esta infraestructura tecnológica, por lo cual
hoy en día se le conoce como el Ministerio de Tecnologías de la Información y
la Comunicación, y desde la gestión de su ministro se ha buscado incentivar y masificar
el uso de las TIC, así como también ha cumplido con la misión de fomentar el interés
por el estudio de estas herramientas, lo cual lo ha hecho digno de
reconocimiento, sin embargo es necesario que se note igualmente el interés del
ministerio de educación puesto que es atraves de estos que puede llegarse a las
instituciones de educación formal en todos sus niveles modificando
adecuadamente los planes de las instituciones.
Se nota la falta de interés del Ministerio de Educación,
quien debería liderar de manera más
firme las políticas TIC en la educación, es el quien debe encargarse de que los
docentes posean las habilidades y competencias requeridas, así como más allá de
la simple medición del resultado de las pruebas nacionales garantizar que los
educandos actuales, alcancen las competencias para el uso adecuado de las TIC. Si
el ministerio no asume ese liderazgo, difícilmente puede hacérselo exigible a las directivas de los planteles y así jerárquicamente.
En el país en materia de educación se sigue sesgando la medición
del acceso a las TIC a que las instituciones cuenten con equis cantidad de
equipos, que posean ciertas aulas que hoy llaman inteligentes, que los estudiantes
puedan acceder a Internet, que los docentes implementen aulas virtuales, sin preocuparse por los contenidos que se están trabajando con estas herramientas,
ni que tanto provecho pedagógico se obtienen en la práctica docente, ni el uso didáctico
que hacen de ellas.
Finalmente, en conclusión Colombia si puede aplicar los estándares
sugeridos por la Unesco, la voluntad política existe, pero hace falta el
empoderamiento del Ministerio de Educación para conducir adecuadamente los
esfuerzos que otros ministerios están llevando para hacer de Colombia una nación
destacada en el ámbito internacional por el uso adecuado de las TIC. De otra parte somos los licenciados en Informática
en formación quienes debemos conducir al interior de las instituciones la implementación
de las políticas TIC, de otra parte es
necesario también reconocer que los estándares propuestos han de ser
actualizados toda vez que la tecnología nos ha ido llevando a escenarios
diversos, con los cuales algunos de los propuestos pueden o han caído en la obsolescencia.