Por Ing. Jesús Alfredo Sanabria Mejía
Lic. Rita Eugenia Sanabria Mejía
Los beneficios de la lectura son extraordinarios. Por medio de la
lectura se puede ampliar el horizonte cultural, desarrollar la competencia
comunicativa, ampliar la colección
léxical, adquirir nuevos modelos sintácticos y estilísticos, conocer el
pensamiento de los autores, perfeccionar la ortografía y la dicción, pues el
texto es una fuente valiosa de información.
La
lectura, en ese sentido, debe ser un ejercicio placentero, el hecho de que
pueda significar una discusión, una polémica o un mero intercambio de opiniones
permite descubrir que en efecto sobre la lectura ha habido muchos mitos, que ha
veces están engendrados por consideraciones bastante equívocas sobre lo que es
leer. Se confunde muchas veces el verbo "leer" con el verbo
"estudiar", el acumular lecturas con el tener realmente lecturas que interesen
a la vida.
En
el transcurrir del mundo actual, donde
persisten grandes avances tecnológicos y audiovisuales; se vive en una sociedad
donde se compite con tecnología como medio para educar a las nuevas
generaciones. Con lo cual internet, se ha presentado como una biblioteca
mundial con grandes cantidades de contenidos de manera similar a la biblioteca
de Baltimore descrita por el escritor Pedro
Salinas “Los libros en este concepto circulante de la biblioteca, dejaron de
estar estancados, empantanados, en sus hoyos; ahora corren como el agua,
liberada por todas partes…”[2] ; existen cúmulos de información dispuesta hacer
encontrada; estudiantes, profesores y cualquier otro gomoso en general
encuentra rápida y abundante información, que requiere del que lee, criterio
para seleccionar el material que fácilmente le llega, y lograr establecer e
identificar conjeturas e incógnitas sobre el material; pues ojear un texto y/o
recitarlo no implica que exista un lector, se requiere algo mas, y es la
capacidad de apropiarse de el al interrogarse y desarrollar un razonamiento
basado en inducción, deducción y abducción[3].
Sin embargo con tanto boom tecnológico a la lectura se la
intenta ahora relacionar con una actividad del pasado como si descifrar la
información de Internet, televisión, radio y otros medios no fuera un acto de lectura; la gente que responde a la nueva sociedad de
información son considerados no lectores, pero realmente son lectores de textos, que
responden a su contexto; bajo la premisa “Todo tiempo pasado fue mejor”
se intenta predecir el fin de la imprenta de Gutenberg, la desaparición del
libro y el crecimiento de un nuevo tipo de analfabetismo. Lo cual no implica,
que la escritura desaparezca. La existencia y el valor de la escritura
es crucial en el mundo entero, ya que el rol que ha desempeñado desde su
invención por los fenicios hasta el día de hoy la hace prácticamente insustituible.
y sin ella la lectura no existiría tampoco.
El
fomento a la lectura es una de las más arduas y difíciles tareas en las
sociedades modernas, una labor irrenunciable. Sin embargo, muchas veces su
promoción está sustentada en varios prejuicios que es precisamente necesario
desarraigar: por ejemplo que: la lectura aporta una superioridad moral e intelectual
indiscutible al lector, las personas deben leer solamente textos de "alta
cultura" o, por el contrario, la lectura por puro placer es una pérdida de
tiempo absolutamente inútil.
Curiosamente,
es la misma alta cultura la que forja la idea de que leer un libro por placer,
es una pérdida de tiempo. Y se establece esto como un prejuicio en el momento
mismo en que los padres o maestros llaman la atención a los pequeños
diciéndoles: "Deja de leer, ponte a estudiar." Este concepto de
estudio acaba dominando por encima de lo que se puede aprender sin ese propósito
voluntario de leer, así como la gente que piensa que todo debe tender hacia un
fin práctico, la lectura por placer o por gozo acaba entonces convirtiéndose en
algo que no vale la pena.
“Lo más importante en toda teoría de la lectura es salir de
la idea de la lectura como consumo”[4], se debe estimular la lectura
de acuerdo a iniciativas personales y no por marcas sociales despertando un lector gozoso que luego de
descifrar a un autor o acercarse a su pensamiento es capaz de admirarlo o de oponérsele críticamente con la capacidad de
crear su propio pensamiento argumentado.
“leer no es recibir, consumir, adquirir. Leer es trabajar. Lo que tenemos ante nosotros no
es un mensaje en el que el un autor nos
informa por medio de palabras- ya que poseemos con el un código común, el idioma – sus
experiencias, sentimientos, pensamientos o conocimientos sobre el mundo; y
nosotros provistos de ese código común procuramos averiguar lo que ese autor
nos quiso decir “ [5]
Finalizando
la lectura aporta al que lee una condición de lector con la cual puede estar
contento con lo que lee e insatisfecho con lo que escribe, feliz por lo que uno
puede seguir leyendo y descontento por todo lo que uno ya no va a poder leer.
un solo libro puede cambiar la existencia de un persona. Porque así como surge
la afición por el fútbol, puede surgir
también la afición por la lectura. Sin embargo
hay gente que no lee libros y es feliz viendo Discovery Chanell o los
debates del congreso por televisión. Pero al menos tiene un elemento para leer,
los documentales o los debates, uno y
otro le permiten conocer la impresión de su autor, la pregunta final para
reflexión será entonces: ¿cuando leemos, que tanto nos hemos acercado al
Autor?.
[1] ¿Qué es la Lectura ?, Universidad Tecnológica de Santiago
[3] Lectura, Incertidumbre, Escritura; Fabio Jurado Valencia Ponencia
Seminario La aventura Semiótica Santafe de Bogota, 1994 Asociación
Colombiana de Semiótica.
[4] Conferencia sobre la Lectura Estanislao
Zuleta (1935-1990) Tomado de Sobre la Idealización en la vida personal y colectiva y
Otros Ensayos Bogota Procultura 1985.
[5] Conferencia sobre la Lectura Estanislao
Zuleta (1935-1990) Cita genealogía de la Moral Nietzsche