Autor Jesús Alfredo Sanabria Mejía
“Mi Cuerpo es mi templo”, es una frase popular que no puede atribuirse un autor conocido, sin embargo sirve de punto de partida para plantear la eutanasia como una decisión, pues la frase se apropia de un concepto de pertenencia “mi cuerpo”, y un concepto religioso como “mi templo”; siendo este un lugar de adoración. y es que justamente son los conceptos religiosos del derecho y deber de defender la vida los que abren el debate en contra de la eutanasia. y los que basados en una tradición de fe, hacen ver como inmoral el deseo de morir dignamente como también se le ha llamado a este procedimiento.
Siendo la eutanasia una decisión esta claro que debe corresponder a la persona como ser humano y no a una institución enmarcada radicalmente en preceptos religiosos quién debe dar el consentimiento para hacerlo, porque de cualquier manera pertenecer o no pertenecer a un culto es también un acto voluntario. Las leyes de un país no deberían limitar entonces las libertades de sus ciudadanos,menos aún un País como el nuestro en el cual se pregona desde la constitución nacional que se garantiza la libertad de culto “Art. 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundir en forma individual o colectiva.” (Constitución política de Colombia Art 19, 1991). por lo que razones de fe no deberían motivar voces tan radicales.
Del homicidio por piedad que es otro nombre para la eutanasia contemplado en el Código Penal Colombiano “ART. 106 Homicidio por piedad. El que matare a otro por piedad, para poner fin a intensos sufrimientos provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable,incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.” (Código penal Colombiano,1980), las razones éticas se escuchan por montones, tanto de aquellos que se atreverían a efectuar un procedimiento así como también sus más grandes opositores; siendo imposible para cualquiera poder juzgar como correcto o incorrecto las motivaciones de unos u otros, pues como se plantea la eutanasia es una decisión, y quien desea apoyar a un paciente a morir dignamente se suma a la cadena de decisiones que facilitan el desenlace de quien ha perdido toda esperanza. motivado por razones de solidaridad y misericordia, no obstante no es menos humano quien se opone, pues es entendible que basado en sus propias convicciones y formas de asumir el dolor considere como opción mantener la esperanza de la recuperación o cura del paciente. Así las cosas, la decisión entonces ya no solo esta en quien por razones médicas se plantea la decisión de morir, si no además la decisión de quien por sus convicciones asume o no el procedimiento.
Finalmente el suicidio asistido no es una decisión que se toma a la ligera, y es respetable pues le compete a la persona como ser humano, y no a la sociedad pues nadie puede obligar a otro a soportar el dolor o la angustia de sentirse impotente, la duda acerca de esperar por la esperanza o desistir es algo interno y un proceso reflexivo de quien padece la condición que lo aleja de la vida digna, la eutanasia es una decisión voluntaria y es loable los sentimientos de solidaridad que se suman de lado a lado los del a favor y los en contra pues en medio de sus discursos se nota en el fondo la defensa de la vida.
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